Dentro de este centro de interpretación se planteó un ámbito en el que se recrease con gran realismo y espectacularidad un fragmento del mundo vertical de los Picos de Europa, el hábitat idóneo para el quebrantahuesos. Para ello se diseñó un diorama representando un ambiente naturalizado de montaña caliza, en el que se incluyeron reproducciones de fauna y flora de gran realismo. No faltaron la trucha, el tritón, la nutria, el musgaño, el gato montés… organizados según los pisos altitudinales naturales, permitiendo además del disfrute estético una buena comprensión de las especies en su hábitat.

Proasur priorizó en la representación al quebrantahuesos, todas las especies de rapaces que comparten su hábitat (el águila real, el alimoche, el buitre leonado y el quebrantahuesos) y el rebeco. La pared vertical se inspiró en la vista del murallón de Amuesa y las cumbres del macizo central desde la majada de Ondón, paisajes de garganta caliza que por su dificultad de acceso no suelen ser muy conocidos por los visitantes de Picos.